ACUÑACIONES
DE 2 y 4 REALES
ISABEL II SIENDO BEBE
El 15 de julio de 1834 María Cristina de Borbón-Dos Sicilias,
Regente de España durante la minoría de edad de la heredera al trono Isabel II, firmó el Real decreto por
el cual se abolía definitivamente el Tribunal
del Santo Oficio de la Inquisición, una institución que había sido fundada por
los Reyes Católicos en 1478.
Se ponía así fin a cuatro siglos de persecuciones,
juicios y ejecuciones realizadas en nombre de Dios y que forman parte de la
Historia negra de este país.
Pondré una breve historia sobre la
Inquisición y a continuación hablare de las monedas acuñadas en esa época.
El santo oficio de la inquisición, también
denominado Tribunal de la Santa Inquisición, fue un tribunal eclesiástico
establecido para inquirir y castigar los delitos contra la fe, es decir,
dedicado a la persecución de la herejía.
El Tribunal de Santo Oficio creado para la
erradicación de la herejía tenia potestad para actuar de esta forma, por lo que
se le conoce abreviadamente como inquisición.
El
Santo Oficio surge a principos del Siglo XIII por
una serie de disposiciones del papa Gregorio IX promulgadas entre 1221 y 1235. Domingo de Guzmán, el primer
inquisidor, había mandado a principios del siglo XIII a Raimundo de Peñafort
como comisario.
Se crea como organismo eclesiástico (
los dominicos en un principio y al poco los franciscanos).
La historia de la Inquisición en España tiene
dos etapas:
1º - La Inquisición Pontificia ( papal
) o Medieval.
2º - La Inquisición Real o Moderna.
El Santo Oficio, en su forma original
( Inquisición medieval o Pontificia ), se estableció en la Corona de Aragón en
1232, es decir desde los mismos inicios de la Inquisición medieval, mediante
comisiones papales creadas en el marco de la lucha contra el catarismo, extendido
por el vecino Languedoc, una parte del cual estaba bajo la autoridad del rey de
Aragón, que era también marqués de Provenza.
Pasado el momento de auge de la
herejía cátara, la Inquisición papal aragonesa cayó en una inactividad casi
completa.
En Castilla nunca llegó a introducirse la Inquisición Medieval o Pontificia. Los procesos de herejía en Castilla eran tratados por los Obispos en lo que se daba en llamar Inquisición Episcopal. Sin enbargo los obispos no concedían mayor importancia a los delitos de fe.
La Inquisicion Moderna en España.
A mediados del siglo XV convivían en la Peninsula Iberica varias clases sociales:
- Los reyes y la nobleza: ostentaban el poder, manejaban las
armas, hacían la guerra a los moros y eran dueños de las tierras.
El pueblo: inculto e
iletrado, esclavo de la gleba, o sea que dependía de los señores feudales y que
era el que cultivaba la tierra.
- El clero: agrupado en
conventos de diferentes órdenes, entre cuyas más importantes se hallaban las de
los dominicos y los franciscanos, monjes mendicantes, que pregonaban el
ascetismo, la vida dedicada a la oración y dependían directamente de Roma, no
del obispo local. Dominaban el saber, generaban los libros y custodiaban las
bibliotecas. Eran los cristianos instruidos y educados para mantener el saber
basado en la religión católica.
- Los moros eran el pueblo
vencido, el que retrocedía a medida que los cristianos reconquistaban el
territorio peninsular y se concentraba con cierta firmeza en Andalucía, en la
provincia de Granada. Socialmente, aquellos que habían quedado en el territorio
conquistado por los cristianos, eran habitantes rurales que rendían trabajo
campesino como mano de obra de bajo costo.
- Los judíos, que residían en la Península desde tiempos inmemoriales,
eran habitantes urbanos, que ejercían toda clase de oficios, incluso los
preeminentes, como consejeros de los reyes, incluso. Eran letrados y conocían
la contabilidad y la numeración decimal, lo que les hacía destacar en el ámbito
de los negocios, el comercio y las inversiones. En su papel de banqueros se
aplicaban como prestamistas, lo cual no les daba una buena imagen frente al
resto de las clases sociales de la época. Eran la clase burguesa.
La Inquisición tuvo el
principal papel durante la expulsión de los judíos de España; más tarde se
ocupó de la persecución de brujas; luego persiguió a los protestantes en el
siglo XVI y XVII y finalmente en el siglo XVIII persiguió a los masones y a los
seguidores de la ilustración y de la Revolución Francesa. Siempre continuó con el
Index de los libros editados en España y las colonias, determinando qué se
podía leer y qué no.
Durante el
reinado de Carlos IV y, a pesar de los temores que suscitaba la Revolución
francesa, se produjeron varios hechos que acentuaron el declinar de la
institución inquisitorial. En primer lugar, el Estado iba dejando de ser un
mero organizador social para tener que preocuparse por el bienestar público y,
con ello, tenía que plantearse el poder terrenal de la Iglesia, entre otras
cuestiones, en los señoríos de España y de ultramar y de forma general, en la riqueza acumulada que impedía el
progreso social. Por otro lado,
la permanente pugna entre el poder del Trono y el poder de la Iglesia se
inclinó cada vez más de parte de aquél, en donde los ilustrados encontraban
mejor protección a sus ideales.
Ya el propio
Godoy y Antonio Alcalá Galiano se mostraron
abiertamente hostiles a una institución cuyo único papel había quedado reducido
a la censura y que mostraba una leyenda negra internacional de España que no
convenía a los intereses políticos del momento:
La Inquisición fue
definitivamente abolida el 15 de
julio de 1834 por un Real
Decreto firmado por la regente María
Cristina de Borbón, durante la minoría de edad de Isabel II y con el visto bueno del Presidente
del Consejo de Ministros Francisco Martínez de la Rosa. (Es posible que algo semejante a la Inquisición actuase
durante la primera Guerra
Carlista en las zonas dominadas por los carlistas, puesto que una de las medidas de gobierno que preconizaba Carlos María Isidro de Borbón era la reimplantación de la Inquisición).
Durante todo este proceso y
en este mismo año de 1834, en el que era abolida definitivamente la inquisición
ya se empezaban a labrar monedas a nombre de Isabel II en las que ya vemos la
leyenda en castellano, como ya vimos en el primer diseño de la moneda de "20 Reales", a este diseño le siguieron acuñaciones con valores inferiores de 2 y 4
reales de vellón con leyenda monárquica.
Se adopta definitivamente la
reforma propuesta por José I en 1808, ( José
I impone la costumbre francesa de una única unidad de cuenta para las piezas de
oro y plata, facilitando así su manejo y
el establecimiento de equivalencias. A diferencia de los viejos sistemas
monetarios europeos, que exigían difíciles y complejas equivalencias entre las
monedas de diferentes metales ). El doblón de 80 reales, la antigua pieza de
dos escudos, pasó a ser la moneda de mayor valor en circulación, reducción que
escenifica la crisis económica y monetaria que se vivía en estos años.
Se trata de un cambio importante,
pues por primera vez la moneda española utilizaba una única unidad de cuenta
para los tres metales, realidad que se irá afirmando a lo largo del siglo XIX.
Sin embargo y pese a todo, la política de José I mantuvo el sistema monetario
heredado. La novedad quedó reducida al empleo de dicha única unidad de cuenta y
en ningún momento se produjo la decimalización del sistema, a diferencia de lo
que había sucedido en otros países sometidos por Napoleón, donde se impusieron
sistemas idénticos al basado en el franco de Germinal. La razón quizá estuvo en
el prestigio que aún mantenía el viejo sistema español, todavía el más
internacional y aceptado en todo el mundo. La fuerte tradición monetaria
hispana hizo que las autoridades prefiriesen mantener el sistema con un pequeño
lavado de cara que lo modernizase
y lo fuese haciendo compatible con las nuevas realidades que estaban triunfando
en otros puntos de Europa.
El abandono del latín en las leyendas
monetarias es algo propio de todas las revoluciones liberales desde época de la
Revolución Francesa, recordemos que las monedas realizadas durante el reinado
constitucional de Luis XVI llevaban las leyendas en francés y fueron el modelo
a seguir en toda Europa.
Son las circunstancias políticas
las que propician esta modificación. Los
liberales del final del reinado de Fernando VII, buscando apoyos para
garantizar la sucesión en la persona de su hija, la futura Isabel II, los que
amparan la recuperación del real de vellón como unidad de cuenta, así como
otros elementos que empiezan a quebrar la imagen monetaria del Antiguo Régimen.
En cuanto a la tipología, vemos el retrato de la reina niña.
El signo de valor se
colocaba a derecha e izquierda del escudo ( valor * - Rs.).
La marca de ceca y la de
ensayadores se colocan en la parte inferior del escudo.
2 REALES- Madrid “M” – 1836 - DG
( En este caso DG pertenece a las siglas del Departamento de Grabado, no a las siglas de los ensayadores )
2 REALES- Madrid “M” – 1836 - CR
SEVILLA
2 Reales
4 REALES Madrid
“M” – 1834 - CR
4 REALES
Madrid “M” – 1835 - CR
4 REALES Sevilla “S” – 1835 - RD
4 REALES Sevilla “S” – 1836 - RD
BARCELONA
BARCELONA
4 REALES Barcelona “B” – 1836 - PS
Escudo cedido por el compañero “ Lanzarote”.
En el Reverso de estas monedas Isabel II fue continuista, en el sentido
de que la tipología, mantenía la de las piezas castellanas cuya circulación se
había extendido a toda la Península desde época de Felipe V. Es decir, el
escudo de armas que aparecía en la gran mayoría de las piezas era el cuartelado
de Castilla-León, con la granada en punta y el escusón de Borbón-Anjou en su
centro, que tradicionalmente se conocía como escudo abreviado de España, (el
Toisón de Oro, que recordemos era hasta entonces una marca distintiva
únicamente de la moneda de oro, pero que ya había aparecido en la plata de esta
forma en la “última acuñación” de Fernando VII,1833 ).
Leyenda
monárquica (“REYNA DE ESPAÑA Y DE
LAS INDIAS “). ( Como podemos ver la palabra “reyna” va
con “Y” ).
En el Anverso podemos ver a Isabel II en sus primeros años de niñez, este busto será utilizado oficialmente en las primeras acuñaciones de
Isabel II en distintos valores. Con leyenda “ ISABEL 2ª POR LA GRACIA DE DIOS”.
Se
batieron monedas en las cecas de Madrid “M”, y Sevilla “S” con valor 2 Reales.
En
la ceca de Madrid “M”, Sevilla “S” y Barcelona “B”, para la pieza de 4 Reales.
2 Reales, año de acuñación y ensayadores:
Madrid
“M” – 1836 DG ( DG- según varias opiniones referente al ensayador José Duro y
Garces, o bien pertenecen al Departamento de Grabado ).
Madrid “M” – 1836 CR: José Luis Castroviejo
y Francisco Rodríguez
Sevilla “S” – 1836 DR: Joaquín
Delgado Díaz y Benito de Rojas
4 Reales,
año de acuñación y ensayadores:
Madrid “M” – 1834 DG ( DG- según varias opiniones referente al ensayador José Duro y
Garces, o bien pertenecen al Departamento de Grabado ).
Madrid “M” – 1834 CR: José Luis Castroviejo
y Francisco Rodríguez
Madrid “M” – 1835 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Madrid “M” – 1836 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Sevilla “S” – 1835 RD: Benito
de Rojas y Joaquín Delgado Díaz
Sevilla “S” – 1836 RD: Benito
de Rojas y Joaquín Delgado Díaz
Barcelona “B” – 1836 PS:
Francisco Paradaltas y Simeón Solá
i Roca
2 Reales:
Peso - 2,98 Gramos
Plata:812 milesimas
Peso - 2,98 Gramos
Plata:812 milesimas
4 Reales:
Peso: 5,97 Gramos
Plata: 812 milesimas.
Grabador: Mariano González de Sepúlveda
Peso: 5,97 Gramos
Plata: 812 milesimas.
Grabador: Mariano González de Sepúlveda
2 REALES = 68 Maravedis – 8 Cuartos - Media peseta
4 REALES = 136 Maravedis – 6 Sueldos – 1 Peseta
Bibliografia;
José María DE FRANCISCO OLMOS. ( PROPAGANDA POLÍTICA EN LA
MONEDA DE LOS BORBONES)
José María DE FRANCISCO OLMOS. (
MONEDA DE LOS BORBONES)
Fotos de Monedas de la subasta Aureo y Calico 28 de
Abril de 2011.
La inquisición: http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/ie/ie.html
La inquisición: http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/ie/ie.html