domingo, 9 de diciembre de 2012

DURO GARCÉS Y LAS INICIALES “DG”


Ensayador  de la ceca de Madrid.

Quizás estas iniciales  “DG” sean las de mayor incógnita de todo el reinado de Isabel II.

Casi todos los numismáticos aficionados y profesionales afirman que las iniciales “DG” corresponden al Departamento de Grabado.

Yo en mi opinión personal me inclino más por José Duro Garcés, ensayador de la ceca de Madrid,  ya que el Departamento de Grabado no se dedicaba a ensayar monedas, tampoco hay un documento oficial en el que autorizase al Departamento de Grabado hacerlo, solamente los ensayadores oficiales y  primeros ensayadores estaban autorizados a realizar esta tarea, como lo fue el ensayador 1º de la ceca de Madrid , José Duró Garcés.
Sabemos que a partir de la ordenanza del día 16 de julio de 1730 se mandaba incluir dos siglas de ensayadores en las monedas, ( las siglas del nombre de cada uno de ellos ).

Pero a partir de 1834 las siglas que aparecen en las monedas son las de los apellidos.

En 1833, José Duro Garcés es ascendido a ensayador primero mientras al año siguiente lo haría José Luis de Castroviejo. En 1850 José Duro Garcés volvería a ascender por derecho de antigüedad a ensayador mayor, puesto que ocuparía José Luis de Castroviejo en 1855 por fallecimiento de José Duro Garcés.

La conclusión sacada de los pocos datos que se conocen sobre ese ensayador, es que por antigüedad siempre fue por delante de José Luis de Castroviejo. Las lagunas que se encuentran en los años de acuñación entre uno y otro sigue siendo una incógnita. Según Josep Pellicer,   José Duro Garcés podría estar destinado al real departamento de grabado en esos años. Quizás con el tiempo se aclaré esa duda.

Según la opinión de  Cayon,  nos dice que  no puede existir duda alguna sobre el significado de las letras DG. No se trata ni de la Dirección General, como apuntara el doctor Beltrán en su "Curso de Numismática", ni de Duro Garcés, como de nuevo apunta el amigo Pellicer en su último y magnífico trabajo ("Ensayadores...", 2010). DG se corresponden, como nosotros hemos argumentado antes que nadie durante décadas, al Departamento de Grabado

1º José Duro Garcés fue nombrado ensayador mayor por real orden de 29 de octubre de 1851, falleciendo el 30 de agosto de 1855; es decir casi dos décadas después de la acuñación del primer duro (el de 1833) donde aparecen las letras DG. 

2º Si se aceptara las iniciales DG como correspondientes al nombre de una persona, estaríamos aceptando lo que sigue: - Que Duro Garcés ensayó monedas en exclusiva durante 17 años, cosa que no creemos haya sucedido nunca.  
-Que Duro Garcés sólo ensayaba pruebas o acuñaciones especiales, como son las correspondientes a la serie DG. Cosa que tampoco creemos haya sucedido; los ensayadores de la fábrica lo son para todas las monedas, no sólo para algunas. 
- Que Duro Garcés se saltara la normativa en cuanto a indicar las iniciales de dos ensayadores, no uno. Así, por ejemplo, NC corresponden a Antonio Rafael Narváez (ensayador mayor por real orden 3 agosto 1834 y muerto en octubre de 1851) y José Luis de Castroviejo (ensayador desde el 5 de febrero de 1824, falleció en 1858). No recordamos una sola moneda madrileña en todo el siglo XIX que solo lleve un ensayador; tampoco recordamos ninguna pieza desde Isabel II que sólo lleve una sola inicial de ensaye. La ley al respecto era bien clara. Y, sobre todo, que DG (es decir Duro Garcés para Pellicer) fuera el único ensayador del periodo de Isabel II que marcara las monedas de cobre. Con DG se acuñaron medios reales con fecha 1848 y al mismo tiempo medio reales con fecha 1848 sin ensayador y sólo con la marca de ceca M en su lugar. Es decir, que si aceptamos DG como el nombre de un ensayador, había en la calle monedas marcadas con las iniciales de ensaye y, la misma moneda, sin marca de ensaye. Esto sí que no puede ser. La ciencia numismática es fruto del contraste de investigaciones y estamos encantados del enriquecimiento de la misma con estas argumentaciones entre los amantes de la Numismática.

Cayon nos dice que no recuerda ninguna pieza que desde Isabel II sólo lleve una sola inicial de ensaye, pues recordemos que Duro Garcés ensayo solo en los años 1833 – 34 – 40 – 42 – 47 - 48 – 50.

En mi opinión es más probable  que las monedas que solamente llevan como  inicial “ M” sean del departamento de gravado. 

Pongo como ejemplo estas monedas de Medio Real de Aureo y Calico:


Medio Real 1848 Inicial “M”


Medio Real 1848 Inicial “DG” 


Ensayadores y compañeros de José Duro Garcés en la ceca de Madrid:

A.J. Antonio Rafael Narváez – José Duró Garcés - 1822 – 1833
J.I. José Duró Garcés – Isidro Ramos del Manzano – 1833

J.J. José Duró Garcés – José Luis de Castroviejo – 1833
D.G. José Duro Garcés – en 1833 – 34 – 40 – 42 – 47 - 48 – 50

N.C. Antonio Rafael Narváez – José Luis de Castroviejo – 1834
C.R. José Luis de Castroviejo – Francisco Rodríguez - de 1834 al 37
C.L. José Luis de Castroviejo – Eugenio Lara – de 1836 al 51


DURO Y GARCÉS, José. Yanguas (Soria), 1797 - Madrid, 30.VIII.1855.

Bautizado en la iglesia parroquial de Santa María y San Lorenzo, comenzó sus estudios de segunda enseñanza en Soria en 1806. A finales de 1809 se matriculó en la Universidad de Valladolid, hasta que la guerra contra los franceses le obligó a dejar sus estudios y a entrar como cadete en el recién creado regimiento de Dragones de Soria.
Abandonó la carrera de las armas en 1817 para matricularse en las asignaturas de física y química del Colegio de Farmacia de Madrid, y en las de mineralogía del Real Gabinete de Historia Natural. Se trasladó a París en febrero de 1820, donde permaneció siete años subvencionado por el industrial Rafael de Rodas. Allí tuvo un maestro particular de matemáticas y fue discípulo de los químicos Nicolás Luis Vauquelin, Louis Jacques Thènard y Pierre Louis Dulong en el Colegio de Francia y en la Facultad de Ciencias. También asistió a un curso de química con el profesor Barruel en la Facultad de Medicina, con el que aprendió la aplicación de las vías seca y húmeda al análisis químico y a las artes.
Además, en la Universidad de la Sorbona estudió con Joseph Gay-Lussac, Jean Baptiste Biot, Claude Servais Mathias Pouillet y François Sulpica Beudant. Recorrió los principales departamentos franceses que tenían industrias mineras de posible aplicación a España, asesorado por Antonio Gutiérrez y José Luis Casaseca, profesores del Real Conservatorio de Artes de Madrid. Regresó a España en 1827, y cuando Joaquín Cabezas (1760-1828), catedrático de Química Docimástica en la Dirección General de Minas, enfermó, Duro solicitó sustituirle en su plaza, y comenzó las clases en noviembre de 1828. La cátedra fue suprimida en 1834 y restablecida en 1835, pero Duro, que había sido nombrado inspector de distrito de segunda clase del Real Cuerpo Facultativo de Minas por R. D. de 21.IX.1833, no la reclamó.
Fue director de una fábrica de salitre y azul de Prusia, de otra factoría especializada en la fundición de minerales argentíferos (1841) y fue el propietario de una destilería de licores.
En 1850 obtuvo el cargo de ensayador de metales en la Casa de la Moneda de Madrid, fue socio fundador de la Academia de Ciencias Naturales de Madrid y en 1854 fue elegido académico numerario de la Real Academia de Ciencias de Madrid. Su única obra escrita localizada por el momento muestra los métodos analíticos que se aplicaban a los metales preciosos, e incluye un estudio en profundidad del procedimiento de copelación que describía Nicolás Louis Vauquelin (Maffei & Rua Figueroa, 1871-1872 ).
Obras de José Duro y Garcés:
— «Discurso sobre los diferentes métodos de ensayar y afinar los metales preciosos y sus aleaciones más usuales», Memorias de la Real Academia de Ciencia  Naturales,(1850-1854).



Bibliografia: sociedad numismatica Miño
                   Cayon, catalogo.















viernes, 30 de noviembre de 2012

PLATA - 2 Y 4 REALES, LEYENDA MONARQUICA


ACUÑACIONES DE 2 y 4 REALES 

ISABEL II SIENDO BEBE

El 15 de julio de 1834 María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Regente de España durante la minoría de edad de la heredera al trono Isabel II, firmó el Real decreto por el cual se abolía definitivamente el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, una institución que había sido fundada por los Reyes Católicos en 1478.

Se ponía así fin a cuatro siglos de persecuciones, juicios y ejecuciones realizadas en nombre de Dios y que forman parte de la Historia negra de este país.

Pondré una breve historia sobre la Inquisición y a continuación hablare de las monedas acuñadas en esa época.


El santo oficio de la inquisición, también denominado Tribunal de la Santa Inquisición, fue un tribunal eclesiástico establecido para inquirir y castigar los delitos contra la fe, es decir, dedicado a la persecución de la herejía.
El Tribunal de Santo Oficio creado para la erradicación de la herejía tenia potestad para actuar de esta forma, por lo que se le conoce abreviadamente como inquisición.

El Santo Oficio surge a principos del Siglo XIII por una serie de disposiciones del papa Gregorio IX promulgadas entre 1221 y 1235. Domingo de Guzmán, el primer inquisidor, había mandado a principios del siglo XIII a Raimundo de Peñafort como comisario.

Se crea como organismo eclesiástico ( los dominicos en un principio y al poco los franciscanos).

 La historia de la Inquisición en España tiene dos etapas:



1º - La Inquisición Pontificia ( papal ) o Medieval.

2º - La Inquisición Real o Moderna.



El Santo Oficio, en su forma original ( Inquisición medieval o Pontificia ), se estableció en la Corona de Aragón en 1232, es decir desde los mismos inicios de la Inquisición medieval, mediante comisiones papales creadas en el marco de la lucha contra el catarismo, extendido por el vecino Languedoc, una parte del cual estaba bajo la autoridad del rey de Aragón, que era también marqués de Provenza.

Pasado el momento de auge de la herejía cátara, la Inquisición papal aragonesa cayó en una inactividad casi completa.



En Castilla nunca llegó a introducirse la Inquisición Medieval o Pontificia. Los procesos de herejía en Castilla eran tratados por los Obispos en lo que se daba en llamar Inquisición Episcopal. Sin enbargo los obispos no concedían mayor importancia a los delitos de fe.



La Inquisicion Moderna en España.


A mediados del siglo XV convivían en la Peninsula Iberica varias clases sociales:

- Los reyes y la nobleza: ostentaban el poder, manejaban las armas, hacían la guerra a los moros y eran dueños de las tierras.
El pueblo: inculto e iletrado, esclavo de la gleba, o sea que dependía de los señores feudales y que era el que cultivaba la tierra.

- El clero: agrupado en conventos de diferentes órdenes, entre cuyas más importantes se hallaban las de los dominicos y los franciscanos, monjes mendicantes, que pregonaban el ascetismo, la vida dedicada a la oración y dependían directamente de Roma, no del obispo local. Dominaban el saber, generaban los libros y custodiaban las bibliotecas. Eran los cristianos instruidos y educados para mantener el saber basado en la religión católica.




- Las minorías de otros credos: judíos y moros.

-  Los moros eran el pueblo vencido, el que retrocedía a medida que los cristianos reconquistaban el territorio peninsular y se concentraba con cierta firmeza en Andalucía, en la provincia de Granada. Socialmente, aquellos que habían quedado en el territorio conquistado por los cristianos, eran habitantes rurales que rendían trabajo campesino como mano de obra de bajo costo.

-  Los judíos, que residían en la Península desde tiempos inmemoriales, eran habitantes urbanos, que ejercían toda clase de oficios, incluso los preeminentes, como consejeros de los reyes, incluso. Eran letrados y conocían la contabilidad y la numeración decimal, lo que les hacía destacar en el ámbito de los negocios, el comercio y las inversiones. En su papel de banqueros se aplicaban como prestamistas, lo cual no les daba una buena imagen frente al resto de las clases sociales de la época. Eran la clase burguesa.



Con el fin de romper el monopolio comercial del los judios, cuya creciente riqueza generaba envidia y temor a la nobleza y a al pueblo, las leyes de los diferentes reinos limitaron sus posibilidades de trabajo impidiéndoles ejercer diversos oficios. De este modo sus actividades eran progresivamente restringidas y se les obligaba a vivir en barrios determinados. El propósito final era su exclusión de la vida económica y su control demográfico.


A finales del Siglo XV, en el marco de una sociedad alterada por las guerras civiles y las convulsiones sociales, se empezaron a lanzar voces que reclamaban la introducción de la Inquisición en el Reino de Castilla. Esta necesidad se justificaba en la supuesta actividad judaizante de los conversos, a los que se acusaba de seguir practicando en secreto la fe judaica (lo que se denomina criptojudaismo) y de actuar confabulados para socavar las bases de la sociedad cristiana y controlarla.

Un judeoconverso, por tanto un bautizado, que seguía practicando sus ritos judios, era un hereje. Por tanto se consideró que debía ser  controlado y castigado al igual que se había hecho frente a las herejías en el pasado, es decir mediante un Tribunal de Inquisición.


Los Reyes Católicos hicieron la oportuna solicitud al papa Sixto IV de una Inquisición plenamente operante, lo que fue concedido por la bula de 1 de Noviembre de 1478.



Mediante esta bula el papa concedía los Reyes Católicos plenos poderes para nombrar y destituir a los Inquisidores. Nacía a si la Inquisición Real Castellana (que denominamos también Inquisición española o Inquisición Moderna).



El nombramiento del primer Tribunal Inquisitorial no se efectuó hasta 1480.


La Inquisición no actuaba sobre los judíos. Actuaba sobre los judeoconversos que mantenían ritos propios del judaismo. La Inquisición trataba de corregir los “errores de fe” en los católicos: la herejía.

En 1492 serían expulsados los judios y esto supuso una trascendencia enorme no sólo demográfica, sino especialmente por su importancia económica, al formar parte de la burguesía más activa.

 La Inquisición tuvo el principal papel durante la expulsión de los judíos de España; más tarde se ocupó de la persecución de brujas; luego persiguió a los protestantes en el siglo XVI y XVII y finalmente en el siglo XVIII persiguió a los masones y a los seguidores de la ilustración y de la Revolución Francesa. Siempre continuó con el Index de los libros editados en España y las colonias, determinando qué se podía leer y qué no.


El auténtico, el verdadero lado negro del Santo Oficio es el de esas personas que, sin más delito que su ignorancia o sus conocimientos, o simplemente por estar en el sitio equivocado en el momento inoportuno, caían entre los implacables engranajes de una máquina capaz de triturar, bajo el espeso manto del secreto, los huesos y la conciencia de sus víctimas, incapacitadas para defenderse, obligadas a autoinculparse y a inculpar a su propia familia y amigos, hasta acabar expuestos a la infamia pública, cuando no a la muerte.

Durante el reinado de Carlos IV y, a pesar de los temores que suscitaba la Revolución francesa, se produjeron varios hechos que acentuaron el declinar de la institución inquisitorial. En primer lugar, el Estado iba dejando de ser un mero organizador social para tener que preocuparse por el bienestar público y, con ello, tenía que plantearse el poder terrenal de la Iglesia, entre otras cuestiones, en los señoríos  de España y de ultramar y de forma general, en la riqueza acumulada que impedía el progreso social. Por otro lado, la permanente pugna entre el poder del Trono y el poder de la Iglesia se inclinó cada vez más de parte de aquél, en donde los ilustrados encontraban mejor protección a sus ideales. 


Ya el propio Godoy y Antonio Alcalá Galiano se mostraron abiertamente hostiles a una institución cuyo único papel había quedado reducido a la censura y que mostraba una leyenda negra internacional de España que no convenía a los intereses políticos del momento:

La Inquisición fue definitivamente abolida el 15 de julio de 1834 por un Real Decreto firmado por la regente María Cristina de Borbón, durante la minoría de edad de Isabel II y con el visto bueno del Presidente del Consejo de Ministros Francisco Martínez de la Rosa. (Es posible que algo semejante a la Inquisición actuase durante la primera Guerra Carlista en las zonas dominadas por los carlistas, puesto que una de las medidas de gobierno que preconizaba Carlos María Isidro de Borbón era la reimplantación de la Inquisición).

Durante todo este proceso y en este mismo año de 1834, en el que  era abolida definitivamente la inquisición ya se empezaban a labrar monedas a nombre de Isabel II en las que ya vemos la leyenda en castellano, como ya vimos en el primer diseño de la moneda de "20 Reales", a este diseño le siguieron  acuñaciones con valores inferiores de 2 y 4 reales de vellón con leyenda monárquica.

Se adopta definitivamente la reforma propuesta por José I en 1808, (  José I impone la costumbre francesa de una única unidad de cuenta para las piezas de oro y plata,  facilitando así su manejo y el establecimiento de equivalencias. A diferencia de los viejos sistemas monetarios europeos, que exigían difíciles y complejas equivalencias entre las monedas de diferentes metales ). El doblón de 80 reales, la antigua pieza de dos escudos, pasó a ser la moneda de mayor valor en circulación, reducción que escenifica la crisis económica y monetaria que se vivía en estos años.

Se trata de un cambio importante, pues por primera vez la moneda española utilizaba una única unidad de cuenta para los tres metales, realidad que se irá afirmando a lo largo del siglo XIX. Sin embargo y pese a todo, la política de José I mantuvo el sistema monetario heredado. La novedad quedó reducida al empleo de dicha única unidad de cuenta y en ningún momento se produjo la decimalización del sistema, a diferencia de lo que había sucedido en otros países sometidos por Napoleón, donde se impusieron sistemas idénticos al basado en el franco de Germinal. La razón quizá estuvo en el prestigio que aún mantenía el viejo sistema español, todavía el más internacional y aceptado en todo el mundo. La fuerte tradición monetaria hispana hizo que las autoridades prefiriesen mantener el sistema con un pequeño
lavado de cara que lo modernizase y lo fuese haciendo compatible con las nuevas realidades que estaban triunfando en otros puntos de Europa.


El abandono del latín en las leyendas monetarias es algo propio de todas las revoluciones liberales desde época de la Revolución Francesa, recordemos que las monedas realizadas durante el reinado constitucional de Luis XVI llevaban las leyendas en francés y fueron el modelo a seguir en toda Europa.
Son las circunstancias políticas las que propician esta modificación.  Los liberales del final del reinado de Fernando VII, buscando apoyos para garantizar la sucesión en la persona de su hija, la futura Isabel II, los que amparan la recuperación del real de vellón como unidad de cuenta, así como otros elementos que empiezan a quebrar la imagen monetaria del Antiguo Régimen.


En cuanto a la tipología,  vemos el retrato de la reina niña.      

El signo de valor se colocaba a derecha e izquierda del escudo ( valor * - Rs.).


La marca de ceca y la de ensayadores se colocan en la parte inferior del escudo.


2 REALES

MADRID

        2  REALES- Madrid “M” – 1836 - DG  
( En este caso DG pertenece a las siglas del Departamento de Grabado, no a las siglas de los ensayadores )


2  REALES- Madrid “M” – 1836 - CR              


SEVILLA

2  Reales

2  REALES- Sevilla “S” – 1836 - DR



4  REALES

MADRID


4  REALES Madrid “M” – 1834 - CR        


    
    

              4  REALES Madrid “M” – 1835 - CR                      


4  REALES Madrid “M” – 1836 - CR


SEVILLA



4  REALES Sevilla “S” – 1835 - RD


4  REALES Sevilla “S” – 1836 - RD


BARCELONA


4  REALES Barcelona “B” – 1836 - PS



Escudo cedido por el compañero “ Lanzarote”.


En el Reverso de estas monedas  Isabel II fue continuista, en el sentido de que la tipología, mantenía la de las piezas castellanas cuya circulación se había extendido a toda la Península desde época de Felipe V. Es decir, el escudo de armas que aparecía en la gran mayoría de las piezas era el cuartelado de Castilla-León, con la granada en punta y el escusón de Borbón-Anjou en su centro, que tradicionalmente se conocía como escudo abreviado de España, (el Toisón de Oro, que recordemos era hasta entonces una marca distintiva únicamente de la moneda de oro, pero que ya había aparecido en la plata de esta forma en la “última acuñación” de Fernando VII,1833 ).
Leyenda monárquica (“REYNA DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS “). ( Como podemos ver la palabra “reyna” va con “Y” ).

En el Anverso podemos ver a Isabel II en sus primeros años de  niñez, este busto será  utilizado  oficialmente en las primeras acuñaciones de Isabel II en distintos valores. Con leyenda “ ISABEL 2ª POR LA GRACIA DE DIOS”.

En el canto, estas monedas de 2 y 4 reales se acuñaron con  estrías.


Se batieron monedas en las cecas de Madrid “M”, y Sevilla “S” con valor 2 Reales.
En la ceca de Madrid “M”, Sevilla “S” y Barcelona “B”, para la pieza de 4 Reales.

2 Reales, año de acuñación y ensayadores:
Madrid “M” – 1836 DG ( DG- según varias opiniones referente al ensayador José Duro y Garces, o bien pertenecen al Departamento de Grabado ).
Madrid “M” – 1836 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Sevilla “S” – 1836 DR: Joaquín Delgado Díaz y Benito de Rojas 

4 Reales, año de acuñación y ensayadores:
Madrid “M” – 1834 DG ( DG- según varias opiniones referente al ensayador José Duro y Garces, o bien pertenecen al Departamento de Grabado ).
Madrid “M” – 1834 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Madrid “M” – 1835 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Madrid “M” – 1836 CR: José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
Sevilla “S” – 1835 RD: Benito de Rojas y Joaquín Delgado Díaz
Sevilla “S” – 1836 RD: Benito de Rojas y Joaquín Delgado Díaz
Barcelona “B” – 1836 PS:  Francisco Paradaltas  y Simeón Solá i Roca

 2 Reales:
Peso - 2,98 Gramos     
Plata:812 milesimas

4 Reales:   
Peso: 5,97 Gramos     
Plata: 812 milesimas.

Grabador: Mariano González de Sepúlveda

2 REALES =  68 Maravedis – 8 Cuartos - Media peseta
4 REALES = 136 Maravedis – 6 Sueldos – 1 Peseta 







Bibliografia; 
José María DE FRANCISCO OLMOS. ( PROPAGANDA POLÍTICA EN LA
MONEDA DE LOS BORBONES)
Fotos de Monedas de la subasta Aureo y Calico 28 de Abril de 2011.
La inquisición: http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/ie/ie.html
                       















martes, 20 de noviembre de 2012

Primeras acuñaciones en plata, 20 Reales " Leyenda Monarquica"



 PRIMERAS ACUÑACIONES EN PLATA.
              “Leyenda monárquica”

En 1833 se producen tres hechos, muere el Rey Fernando VII, se produce el primer levantamiento Carlista en medio de una fuerte epidemia de Cólera y Javier del Burgo impone en España la moderna división en provincias.
El 10 de abril de 1834 y tras la muerte del rey el 29 de septiembre de 1833, el 3 de octubre de ese año se hizo público su testamento, en el que nombraba a su viuda, María Cristina de Borbón, Gobernadora del Reino durante la minoría de edad de su hija Isabel II, instituyéndose un Consejo de Gobierno que habría de asesorarla y que se encargaría de realizar la transición liberal. Los liberales pedian el regreso a un régimen, que continuase las ideas de la Constitución de Cádiz de 1812.

La reforma, dirigida en primer término por Cea Bermúdez y más tarde por  Martínez de la Rosa, no restablecería la Constitución de 1812, pero sí abriría el paso a una nueva constitución, el Estatuto Real de 1834.


El Estatuto Real fue una constitución flexible, breve e incompleta. De tan sólo 50 artículos, que regulaban la organización de las Cortes, sus funciones y sus relaciones con el Rey, no recogía ningún título dedicado a la Monarquía ni a sus Ministros y, sobre todo, no contenía una declaración de derechos fundamentales del ciudadano. Es decir, una dejación voluntaria de poderes por parte de la Corona, que se vio obligada por las circunstancias a transferirlos a otros órganos.

Durante esta etapa de reformas, en 1834 sale a circulación la primera moneda de 20 Reales a nombre de Isabel II.

Isabel II, María Cristina y la infanta Maria Luisa Fernanda

Estas piezas de plata de los primeros años de su reinado con leyenda “Monárquica”  circularan junto a las piezas de cobre en maravedís,  se sumarán a la modernidad y utilizarán como única moneda de cuenta el real de vellón.
Como ya vimos en las primeras monedas acuñadas en cobre, el cambio más importante que veremos en las monedas de plata será que las leyendas aparecen ya en castellano.
 Esta será la única novedad hasta la trascendental reforma de 1848.

Creo conveniente empezar hablando sobre la moneda de 20 Reales, para luego ir hablando de los valores más bajos.
Sabemos que un grave problema político, pero también monetario, fue el carlista. La guerra civil iniciada por la no aceptación por parte de Don Carlos de la sucesión en la persona de su sobrina, Isabel II, supone el uso de la moneda como arma propagandística y financiera. Obviamente, la cuestión bélica impidió efectuar una reforma en mayor profundidad del sistema monetario. La guerra marcó la prioridad en los esfuerzos de los gobernantes. Su fin posibilitó que se fueran dando los primeros pasos hacia una reforma que definiese un nuevo sistema monetario.

 España mantenía un sistema monetario prácticamente igual al de época colonial, además el precio de la plata en el mercado internacional era creciente y eso agravó la situación porque ahora también afectó a la plata extranjera, que comenzó a huir del mercado español y se convirtió en objeto de especulación.

Los tipos, su heráldica  y leyendas monetarias son siempre el reflejo de la concepción del poder que tiene el emisor, de la legitimidad que quiere transmitir a sus súbditos y a los otros estados, de la soberanía que ejerce o de territorios que
desea reivindicar. Todo ello dentro del marco de un documento económico que se convierte en el mejor portavoz de los ideales del poder. En este caso los cambios son  porque se desea informar de un cambio político (acceso de un nuevo soberano al trono).

Como ya sabemos, el rey apostaba por los liberales, sus tradicionales enemigos, para que apoyaran la sucesión de su hija. Por ello en esta extraña acuñación, que muchos consideran solamente una prueba, se cambia ligeramente el contenido político de las leyendas, ahora escritas en castellano, aunque se mantiene todo el resto de la simbología (rey por la Gracia de Dios, rey de España y de las Indias, y en el canto Dios es el Rey de Reyes), pero el retrato se ha humanizado, el valor aparece en reales de vellón (como en el Trienio Liberal) y el Toisón aparece en la moneda de plata más importante (Duro), todo ello parece un claro indicio del futuro.

Sobre el nuevo diseño de el duro de plata diseñado en 1833, es decir la pieza de 20 reales de vellón, que no  llegaron a circular  posiblemente por terminarse durante la última enfermedad del rey,  hay que decir que estos mismos tipos y leyendas de los 20 reales de vellón serán los utilizados oficialmente en las primeras acuñaciones de Isabel II.

 Esta nueva moneda y diseño de Fernando VII con valor 20 Reales, realizado por Mariano González Sepúlveda que en 1827 fue diseñada, muestra la urgencia del gobierno por disponer de las nuevas monedas.


                                            Diseño de la Moneda muestra 1833, Fernando VII   


Moneda cedida por el compañero Eddy
20 Reales 1833 " M - DG "

Las Marcas Técnicas, se colocan en la leyenda de reverso, bajo el escudo y en sentido contrario a la leyenda principal, para que puedan ser identificadas rápidamente. Sólo aparecen la marca de la Casa de la Moneda de Madrid (M coronada) y las siglas D.G, que corresponden a José Duro Garcés, nombrado en 1833 ensayador primero de la casa de la Moneda de Madrid, ( de donde salió esta moneda de prueba ) siendo destinado como ensayador en el Real Departamento de Grabado.( José Duro Garcés fue nombrado Ensayador  mayor el 29 de octubre de 1850, Ensayador mayor del Reino el 29 de octubre de 1851, y falleció el 30 de agosto de 1855).

Leyenda Monarquica 1834, Ceca "M" - Madrid.
D.G. ( Departamento de Grabado ).

Como podemos ver las primeras monedas de Isabel II ya muestran  algunos cambios con respecto a las tradicionales de época anterior, pero son similares a las de la última “acuñación” de Fernando VII, se abandona el uso del latín, ligado a los períodos anteriores y al absolutismo, por el uso del castellano, era una muestra del inevitable nuevo rumbo político de la Monarquía. Son momentos en que la Reina Gobernadora necesitaba defensores y llamó al liberal Martínez de la Rosa a presidir el gobierno (enero1834).
En general el abandono del latín en las leyendas monetarias es algo propio de todas las revoluciones liberales desde época de la Revolución Francesa, recordemos que las monedas realizadas durante el reinado constitucional de Luis XVI llevaban las leyendas en francés y fueron el modelo a seguir en toda Europa.

En cuanto a la tipología,  vemos el retrato de la reina niña.



                     20 Reales 1834, Madrid “M” – NC          



         20 Reales 1835, Madrid “M” – CR  


20 Reales 1836, Madrid “M” - CR


El signo de valor se colocaba a derecha e izquierda del escudo ( valor * - Rs.).
De esta manera la nueva pieza nos muestra esos deseos de cambios tranquilos y controlados desde el poder, aunque manteniendo intacta la autoridad real y la religión, pero sin cerrar la puerta a reformas administrativas dirigidas a mejorar el funcionamiento burocrático y el nivel de vida de la población.



Escudo cedido por el compañero “ Lanzarote”.


 En el Reverso de estas monedas  Isabel II fue continuista, en el sentido de que la tipología, mantenía la de las piezas castellanas cuya circulación se había extendido a toda la Península desde época de Felipe V. Es decir, el escudo de armas que aparecía en la gran mayoría de las piezas era el cuartelado de Castilla-León, con la granada en punta y el escusón de Borbón-Anjou en su centro, que tradicionalmente se conocía como escudo abreviado de España, (el Toisón de Oro, que recordemos era hasta entonces una marca distintiva únicamente de la moneda de oro, pero que ya había aparecido en la plata de esta forma en la “última acuñación” de Fernando VII,1833 ).
Leyenda monárquica (“REYNA DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS “). ( Como podemos ver la palabra “reyna” va con “Y” ).

En el Anverso podemos ver a Isabel II en sus primeros años de  niñez, este busto será  utilizado  oficialmente en las primeras acuñaciones de Isabel II en distintos valores. Con leyenda “ ISABEL 2ª POR LA GRACIA DE DIOS”.


                    En el canto,      "DIOS ES EL REY DE LOS REYES".

Año de acuñación, 1834.1835. 1836. ( únicamente en la ceca de Madrid ).

Peso: 27 Gramos  
Plata 902 milesimas.
Grabador: Mariano González de Sepúlveda.

Ensayadores y ceca:
1834 -   Ensayador: NC - Antonio Rafael Narváez y  José Luis Castroviejo
1834 - . ( DG ) - según distintas opiniones estas iniciales significarían  “Departamento de Grabado” o bien serian las iniciales de  “José Duro Garcés.
José María de Francisco  nombra a José Duro Garces con sus iniciales “DG”, como las iniciales del ensayador marcadas en la moneda de 20 reales de la ceca de Madrid, ( en el apartado de  arriba lo podemos ver ).

1835 –  Ensayador: CR - José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez
1836 –  Ensayador: CR - José Luis Castroviejo y Francisco Rodríguez


               Real de a ocho antiguo = 20 Reales de Vellón =  680 Maravedís = 30 Sueldos








Bibliografia; José María de Francisco Olmos. (PROPAGANDA POLÍTICA EN LA MONEDA DE LOS BORBONES)

La última acuñación de Fernando VII (1833). Imagen documental de una nueva realidad política.
Fotos de la subasta de Aureo y Calico “ Anastasia de Quiroga”